23.10.04

recuerdo de Toru Takemitsu


fuimos a la sala de conciertos.
tú, interesada en el programa - yo, en tu escote.

entramos - butacas rojas. la alfombra, agua híbrida de alpacas.
el murmullo del público era como una colmena de verano.
arriba, las lámparas eran como pequeños planetas eléctricos.
nos sentamos, me tomaste la mano. tus ojos, eran mi abismo.

Toru salió a escena como una delicado pájaro - los aplausos - la reverencia eterna, y el universo fue un caracol que gira sobre sí mismo, concentrándose en una vara de luz sobre el escenario.

Toru era una cabellera de cuervo, con manos de cristal. tocaba el piano como a una pantera dormida que no quería despertar.
un acorde - silencio silencio - luego otro.
una escalera de notas, flores que se abren en el aire, un otoño se despliega por la sala, un riachuelo, un pájaro, un acorde mariposa.
el pianista - dios concentrado en su tarea creadora.

a la salida, caminamos abrazados en la noche - era una noche húmeda y pegajosa.
con nosotros, enredadas en nuestros pies - como hojas del otoño - caminaron las notas.

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