10.12.04

el amor es una proteína (reciclaje digital II)

Hay ratoncillos de la pradera (voles, en inglés) y ratoncillos del pantano. Los ratoncillos de la pradera son monógamos – forman parejas para toda la vida y cuando los hijos llegan, el macho los alimenta, los protege y calienta junto con la hembra.
Los ratoncillos del pantano son promiscuos – el macho se desentiende totalmente del cuidado de la progenie y después de fecundar una hembra busca inmediatamente la siguiente en la lista.

Miranda Lim de la Universidad Emory de Atlanta ha logrado convertir machos promiscuos de pantano en machos leales de pradera. Y lo ha hecho infectándolos con un virus!

El virus había sido procesado genéticamente en el laboratorio y se le habia agregado a su DNA, un gen de ratoncillo de pradera del cual la especie de pantano carece: una solución conteniendo virus modificados fue inyectada al cerebro de los voles casanovas. El virus infectó las células cerebrales, penetró al interior de ellas llevando consigo el gen de ratoncillo y lo agregó al DNA del ratoncillo de pantano.
Resultado: el ratoncillo casanova cambió su comportamiento de promiscuo a leal. Pasó a ser monógamo como los ratoncillos de pradera.

¿Que gen específico portaba el virus? – portaba un gen que codifica la proteína llamada Receptor de Vasopresina.
Esta proteína actúa en el Paladium Ventral, una región del cerebro que regula la sensación de premio, y que está directamente relacionada con la memoria.

Por ejemplo, el Paladium Ventral se activa (en humanos) cuando a jugadores compulsivos se les permite jugar o cuando drogadictos saben que van a a recibir una dosis. Pero funciona también en un vasto espectro animal – es el centro que controla la sensación de premio y despierta los recuerdos de una experiencia agradable, encadenando ambos sucesos.

Los ratoncillos monógamos poseen Receptor de Vasopresina en buena cantidad en sus cerebros, por lo tanto son capaces de recordar a su pareja y esta memoria va relacionada con un momento agradable. Los ratoncillos promiscuos simplemente carecen de Receptores de Vasopresina en sus cerebros, por lo tanto la unión entre la memoria de la hembra y el placer no se concreta nunca.

No se hagan esperanzas chicas! Miranda Lim dice que estamos muy lejos de producir una inyección de la lealtad. Hasta ahora, lo único que ha funcionado en ratoncillos es introducir el gen directamente a las células cerebrales – con humanos ni se ha intentado!

(posteo previo - junio del 2004)

6 comentarios:

Cpunto dijo...

"...despierta los recuerdos de una experiencia agradable, encadenando ambos sucesos"
El fármaco del futuro, fidelidad a toda prueba, encadenados para siempre,

...paso

Cpunto dijo...

me olvido,
¿el que no es fiel, no ama?
¿el que ama no puede ser infiel?
¿el fiel, siempre ama?

franhilz dijo...

En realidad - el título está mal. No "el amor" es una proteína (en este caso), si no la lealtad.

Lo interesante del asunto es que conductas que pueden parecer tan "humanas" - como lealtad a la pareja, monogamia o promiscuidad estén, a fin de cuentas, manejadas por genes.

Entramos de lleno en el problema de si en realidad existe el "libre albedrío", como Soledad preguntaba en una ocasión.

Anónimo dijo...

Excellent, love it! » » »

Anónimo dijo...

Keep up the good work » »

Anónimo dijo...

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