24.2.05

el efecto Piaf sobre el lavado de la vajilla


Fin de cena. A lavar los platos. La cocina es un teatro de agua caliente y espuma. Al final, vasos y platos quedarán goteando, apilados y complacidos, como enormes monedas de cerámica.

Primero, la señal en el aire: Edith Piaf desde el stereo - La vie en rose...
Terminamos los platos. Último conchito de vino blanco. Por la calle, uno, dos autos, lentos como delfín entre corales de nieve.

Segunda señal, la de la correa: Me agarra de la correa - mejor dicho, de la hebilla (señal inequívoca) y me atrae hacia ella. La Piaf, como una luna de terciopelo canta desde el salón. Lo suficientemente alto para que su voz colonice nuestras espaldas - lo suficientemente bajo para que no despierte quien no debe despertar en estas momentos cruciales en la evolución del universo.

Toujours Aimer... - aquí en la cocina, la vajilla se sonroja.

Nos vamos al salón. Alfombras, tapetes hindúes y plantas, muchas plantas "que parezca selva".
Piaf: Comme Moi... - los Budas de mi colección sonríen y se giran hacia la pared.

9 comentarios:

unsologato dijo...

Mirá vos la Piaf como logra sus efectos maravillosos en vajillas y budas... No te guardes el nirvana...
Y yo que quería tanto el lavavajilla, casi le atribuía propiedades sobrenaturales...
Abrazoceánico!!!

franhilz dijo...

Ja ja ja!... llegamos a esto por pobreza - el lavaplatos automático que teníamos era de segunda mano y pasó a mejor vida hace meses.
En espera de algunos pesos libres para renovarlo.
Pero es filosofía de vida el tratar de sacarle provecho incluso a esta actividad generalmente tan odiada.
Aquí la Edith es la maga.
Nos vemos, Gato Poeta!

Cpunto dijo...

No tengo experiencia lavaplatos automático, entonces lavo y miro por la ventana y el agua corre y me quedo pensando...a qué hora tocará alguien algo para que los budas que tampoco tengo se den vuelta sonrojados...el poster de Doisneau se roba mi película

saludos Doc

Elisa de Cremona dijo...

vaya, vaya... vaya!
me perturbo...

Roberto Arancibia dijo...

Me ha gustado.
Un día todos contaremos alguna historia de cocina de nuestra mochila de eventos especiales.
Nos divertiremos como locos.

Ángel mutante dijo...

Me gusta que en la cocina, mi macho y yo hagamos el amor con spaghetti, entre la fruta, chorrados de vino, inhalados de condimentos que nos van metiendo cada vez más dentro del otro, hasta que un plato se quiebra y volamos hacia la próxima habitación donde continuamos indefinidamente lavando el resto de la loza que nos cabe en el cuerpo. Una vez sumergidos en detergente o cianuro, procedemos a lanzar burbujas que llevan dentro canciones de la infancia. Cosas así y otras más indebidas.
Chaooo.
Hot week end!
Besitos que derriten la nieve de tu puerta.

franhilz dijo...
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franhilz dijo...

Hola gente,

Cpunto: está allí, a tu alrededor, te envuelve como una bufanda mágica. Vélo.

Elisa: que "vaya", y que "venga", no te perturbes mujer, que vos también te has mandado un posteo de lo más erógeno.

Roberto: ví que volviste, bienvenido! - que te guste a tí es un cumplido, gracias!

Ángel: amor y mesa siempre han ido juntos, pero en este caso es amor y lavaplatos. Y a veces será salvaje, y a veces será tranquilo y plácido, y a veces será por agradar al otro... nunca jamás lo mismo. Y a veces lo mismo, por qué no?

Nos vemos!

franhilz dijo...

Y un P.D. sobre el posteo:

Lavaplatos de segunda mano que ya no funciona
Tapetes hindúes comprados en pueblitos drusos y bien baratos
Colección de Budas comenzada hace años y siempre creciendo, comprados uno a uno, en mercados, tienditas y en garage-sales, dificilmente se ha pagado más de dos sólares por ninguno.
Alfombras prontas a jubilarse.

Cosas con vida! gastadas y usadas! para nada esa onda de casa "perfect" en exhibición de pulcritud.

Y nos vemos, de nuevo!