15.11.08

veredicto en suspenso


Cuando entro goteando lluvia desde la tarde que oscurece, los veo en la sala. Han venido todos. Alguien ha puesto el CD de la Mutter con los conciertos para violín y en la mesa de centro comparten botellas de cerveza y vino, vasos con whisky y ceniceros. La conversación es caótica.

Miyú se acerca a saludarme y me pasa la mano por el pelo mojado. Parece una Twiggy oriental con la falda negra y las medias de lana a rayas.
Bombus me pasa un on the rocks. Hola!, Hey!, Hola! dicen, desparramados en los sillones de la sala.

Cuando finalmente me instalo en uno junto a Miyú, la anarquía coloquial, las risas y las conversaciones parecen irse calmando poco a poco.
Está Ortetrum, amigo casi inseparable de Bombus (como saben los que vienen leyendo este blog desde algún tiempo). Está Wendy, hermosa como siempre, con sus delicadas alas de hada. Desde más allá Lorelei me sonríe, enmarcada en sus rizos rojos (¿quién ha ido a traerla desde el acantilado? ¿Miyú? ¿y cómo la ha subido hasta la carretera?) y está incluso Efímera que, como saben, se la ve rara vez - siempre llegando y yéndose como nube de primavera.

Pero, como me dan rápidamente a entender, la razón de este aquelarre nocturno, el motivo central de esta súbita reunión de emergencia, soy yo.
¿Yo? - Sí, dicen todos moviendo la cabeza de arriba abajo con cierta seriedad.
Miro a Miyú. Por respuesta me señala con la mano a Bombus. Al parecer éste ha sido designado como portador de las nuevas, del mensaje, del ultimátum... lo que sea.
Bombus se sienta en el borde del sillón y carraspea. Silencio. El concierto No. 4 entra justo en el cantabile y más aún, alguien le baja el volúmen.

El asunto es que están todos preocupados, "inquietos" dice Ortetrum con su típica diplomacia - por los niveles insufriblemente bajos a que ha llegado El Bodegón.
Este blog - dice Efímera - que siempre se ha distinguido por cierta altura poética, o al menos... por cierta búsqueda de la originalidad - mira alrededor y todos asienten en mayor o menor medida - ha tocado fondo.

¿Cómo?
Sí - agrega alguien - lo que se está publicando en este blog desde un tiempo a esta parte es deplorable, por decir lo menos.
- nefasto! lamentable! ... triste ... - dice finalmente Wendy con la vista fija en el piso.

Me bebo el whisky de un sorbo mientras estrujo mi cerebro tratando de encontrar alguna respuesta convincente a la crítica definitiva de mi grupo de amigos. Miyú me observa en silencio, pero le adivino en los ojos que de poder hacerlo soltaría las carcajadas de su vida.

Finalmente, acordamos un compromiso, una especie de pacto de caballeros. Yo prometo esforzarme un poco más con los posteos de El Bodegón. Lo declaro con una voz que quiere ser convincente y ellos prometen, al parecer de buena gana, seguir visitándome en sueños y compartir mis tardes de verano bajo los árboles y venir por las noches de tormenta a sentarse conmigo al calor de la chimenea.

En eso quedamos. Veremos. Hay que tener confianza...


(arte - frank h.)
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