14.3.14

atrincherado

"ya no hay tiempo para leer un buen libro", dicen, lo que no es tan terrible si consideramos que tampoco hay tiempo para escribir uno. así es que nos vamos conformando sólo con los titulares de la vida. con la contratapa del amor.

si bien la esperanza se niega a morir, está mal herida, y a falta de una bandera que aliente a las escazas tropas de la luz, la oscuridad avanza envolvente con la caballería atacando desde el sur y los cañones dale que dale, bien empotrados en las colinas del norte. esas que una vez fueron verdes y tuvieron ciervos y zorros.

los amigos han ido desapareciendo, como las ideologías, sin darnos ni cuenta. y hay revoluciones, golpes de estado, blogs abandonados. gente nueva se está tomando el planeta. quizás para mejor. nosotros no fuimos un regalo del cielo. algunos trataron. claro, con más ganas que sesos.

a esperar las últimas musas atrasadas, cartuchos disparados al aire, porque ya nuestro único objetivo es esto de no tener objetivo. un zen de mala muerte, a medida. fumar un cigarrito, esbozar una idea irrelevante, desdoblar una poesía incierta, dudosa, y esperar que Dylan y Young no tiren la toalla pronto.

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