Librerías

Librería “El Pensamiento” en calle Victoria de Valparaíso, Chile. De esas librerías que tienen de todo - libros de cocina, colecciones de Tarzán, Historia, obras filosóficas, historietas y libros en rebaja apilados en mesas al fondo.
Librería de clase media en barrio de clase media, con piso de tablas que crujen y olor a viejo. Entrabas y buscabas cuanto querías sin que nadie te molestara. Siempre encontrabas algo.

“Dickler Libros” en calle Ben Yehuda de Tel Aviv, Israel.
Bajo los árboles, al fondo de un patio mediterráneo. Abel, el dueño, te servía té y - estuviera solo o con más clientes - siempre había discusiones sobre libros, autores, ediciones... simplemente entrabas (la campanilla de la puerta tintineaba), podías hurgar cuanto quisieras y terminabas metiéndote en la discusión.
Te llevabas algo que no habías entrado a comprar, pues Abel (confiable y quien lo habia leido todo) te recomendaba otra cosa.

“Chapters” cadena de tiendas, Toronto, Canadá. Enormes, con aire acondicionado, música ambiental, cafés y sillones.
Tienen de todo... de todo lo que se vende, lo de moda.
Cuando preguntas por un autor o un libro, debes deletrearlo (varias veces) a quien te atienda y esta persona busca el “artículo” en una computadora. Generalmente no lo tienen. Y si lo tienen en la computadora, no está en los estantes. En este punto el vendedor queda perplejo. Te dice que te lo pueden traer.
Una cosa a favor: puedes ratonear por horas y nadie te molesta: hay tanta gente que nadie se fija en tí.

Para los dos primeros los libros eran la vida. Para los últimos es un negocio.