31.3.05

libro viejo con un velero en la tapa


"23 años!...que valentía, régalame un poquito para ser capaz de huir..."
- Pame


"Dos senderos se bifurcan en el bosque y yo -
yo tomé el menos transitado
y eso hizo toda la diferencia"

- Robert Frost, en The Road Not Taken


En ese sueño de la niñez, un velero está pronto a zarpar desde un muelle de maderas endebles. Es verano, nubes de algodón en un fondo azul y el sol es el amo del mundo.
¿Corro hacia el barco y lo abordo? ¿o no? Quizás haya otro velero mañana, o el próximo mes, o después...
Es una sensación no lacerante, no triste ni alegre, no cruel ni dulce - simplemente está allí, como un resorte en tu espíritu.

Si se está vivo uno debe elegir constantemente y nunca se sabe si la elección fue acertada o si uno se equivocó rotundamente. Los físicos nos aseguran la existencia de universos paralelos, cientos, miles, millones de universos desarrollándose a partir de cada una de las posibles elecciones particulares y cósmicas.

Claro, la elección de irse no siempre implica un alejamiento material. Hay veces en que ya no estamos en un lugar desde hace tiempo, a pesar que seguimos viviendo allí.
Hay momentos en que los lugares nos ahogan como boas, sacándole el aire a nuestras esperanzas.
A veces esa sensación es individual, a veces es masiva - y se producen las emigraciones. La gente sale, se va, emigra, en busca de aire - de una vida diferente. A veces para huir, dejar atrás fantasmas, muchas otras porque quiere ver y vivir otros horizontes, ¿Por qué? Quién sabe!

Siempre, en el fondo de la nuca quedará la pregunta, ¿qué hubiera pasado si...? ¿quién sería yo ahora? ¿qué estaría haciendo? Quizás, piensa uno, estaría recriminando el no haber corrido esa vez por el embarcadero para saltar al velero que se aleja.
Nunca se sabrá...

14 comentarios:

Paitoca dijo...

No, nunca se sabrá, como tampoco sabré, si es que me voy, qué habría pasado si me hubiese quedado...estoy esperando, qué?, no lo sé...siento que, quizás, espero el momento justo. Cómo saber cuándo será?.

Ahora, siendo práctica, a qué me iré?, cómo me iré?, adónde me iré?. Demasiadas preguntas, pienso demasiado...actúo poco.

Uf!, Doc...me sorprendiste...mi corazón latió a mil a ver mis palabras...lo leí varias veces, me marcaste con hierro y me interpretaste perfectamente: "Es una sensación no lacerante, no triste ni alegre, no cruel ni dulce - simplemente está allí, como un resorte tenso en tu alma...cada cierto tiempo”...casi constantemente, un hormigueo que me acelera los latidos y me retiene la respiración...sólo un suspiro me saca el aire atorado.

Hace un mes mandé un misiva en el primer velero que vi pasar...espero respuesta en junio...y así lo he dejado al destino, aunque es irónico...no creo mucho en él.

Serás el primero en enterarte si me he envalentonado y he saltado al velero.

Gracias, mil gracias...cómo me alegran y emocionan los pequeños grandes detalles.
Un abrazo fuerte y largo, desde Chile.
Pame.

Roberto Arancibia dijo...

letras, frases, ideas que se cruzan, historias circulares.
Oh my, cómo me gustan las palabras.

Anda Pame, dale, y que la fuera te acompañe.

Anónimo dijo...

Al leerte siento el deseo de manejar las palabras , ocmo manejo las imagenes.
Un beso

unsologato dijo...

Todo un tema para un gato inmigrante. Yo soy de los que subieron al barco y crucé el océano. Allí estaba mi Isla, que soñé como ubicada en el centro del océano, que soñé como el punto de llegada de la conciencia. Si uno siente el llamado del viaje, debe segurilo, siempre habrá miles de alternativas. Podríamos decir "optimistamente" que todas son equivocadas, aunque logremos la dicha y nunca nos arrepintamos de lo que hicimos. La precaridad y el laberinto son la condición del hombre.
Y se agolpan los recuerdos... un avión... y meses después con una tremenda cantidad de bártulos en el muelle de Valparaíso y la goleta demasiado chica y el casco demasiado negro y la atroz navegación del primer dia y la recompensa azul del segundo y la aparición de ese milagro verde al tercero. Mientras las luces de Valparaíso se iban perdiendo en la noche del zarpe, tuve una dolorsa sensaciónde pérdida, de decirme "estoy quemando las naves, pero la aventura es siempre hermosa y hay que hacerlo". Tenía 23 años y en la mochila llevaba casi exclusivamente mi insipiente poesía, pero iba muy bien acompañado por una mujer excepcional... Bueno... esto no es ninguna autobiografía. Pero los comentarios son así, se van por las ramas de la memoria y la nostalgia. Creo que en esa mochila también había cierta memoria genética de mi abuelo materno, que se subió a un barco a los 13 años, llegó a Argentina y nunca más volvió a su Galicia. Varios comentarios atrás le regalé a C.punto los nombres de esos barcos de mi memoria, te los dejo a vos también: El de mi primera navegación: Carlos Darwin, goleta marinera y buena para capear temporales, muy querida por los isleños, terminó varada en Valpo en un temporal que sorprendió a la tripulación. Y el de mi abuelo el "Sierra Morena" donde habrán llegado tantos inmigrantes.
Pero... espiritualmente me he mantenido muy unido a mi querida Argentina, país contradictorio y hermoso.
Siempre quemar las naves y lanzarse a la aventura, ese ha sido mi credo. El arrepentirse de no haber hecho algo creo que puede ser peor.
Falta que el Capitan Hans compre el velero y nos lanzamos nuevamente a la aventura. Y ahí, prepará los mostos, che...
Gracias por este posteo para nostálgicos y patiperros.
Abrazoceánico viajero!!!

Somos náufragos...somos siempre extranjeros y exiliados y sustancia de sueños...

Ci vediamo!!!

Elisa de Cremona dijo...

Mmhhhh es verdad, prefiero ni pensar en esos "qué pasaría si me quedara, si me hubiera ido, si hubiera dicho, si cualquier cosa..."
me deprimo muy rápido y cuando empiezo con estas cosas no termino jamás...
porque si no hubiera llegado en ese momento no habría visto eso qeu ha marcado todas mis inseguridades posteriores... malament

Ángel mutante dijo...

Déjame ver que te digo. Busco en mis archivos de delirio. Ya sé:
Te contrato como gerente general de una empresa que estoy a punto de lanzar: "Viajes al más allá", ayuda al suicida y eutanasia de primera calidad.
Sí, está bien. No desentona este posteo.
Besitos viajeros que después de atravesar cordilleras, mares, llanuras y ciudades arrasadas por la peste, llegan medio moribundos y levantan campamento en la mejor de tus mejillas. ¿Cuál será, la izquierda o la derecha? ¿O lo prefieres en la frente?
Chaoooo.

PD:Sería un lujo que de la pluma de Doc Savage Jr. saliero algo sobre este temita de la Terry Schiavo. Te animas guapetón?

Srta. Lee ® dijo...

Esos llamados a cruzar las fronteras me generan duda... ya una vez dejé Santiago buscando tierras serenenses y no me gustó la idea de dejar atrás tantas cosas...soy poco aventurera y arriesgada quizás...qué triste :P

Cpunto dijo...

...en constante cambio y siempre detenidos en los mismo, el submarino emerge y alcanza la necesaria y justa claridad para sumergirse en lo profundo,
hambre voraz de mover las piernas, digo

C.

Hans Lazzaro dijo...

Doc, me topé con un temporal en la travesía, que me impidió llegar a tiempo para comentar este post. Pero llegué sano y a salvo.

Veleros, viajes, destinos, paradas… He sido marinero de tantos viajes y he dejado amigos y amores en tantos puertos… La primera vez que sentí la aprensión de Pame, era aún muy pequeño, pero la mano de mi madre estaba cerca y el barco era enorme, así que me entregué al juego y a las travesuras. La cuarta vez solté algunos lagrimones, porque dejaba mi primer, amor recién después del primer beso, y queríamos más… pero el llamado a la aventura fue más fuerte. La sexta vez fue la más dolorosa. Dejé toda mi adolescencia y mi insipiente juventud en las lágrimas de una, en los suspiros de otra, en la cama aún tibia de la más nueva, y en los brazos de todos los amigos que dejé en el trópico. La penúltima vez fue más fácil y a la vez la más difícil. Dejé todo por un amor, que es la mayor aventura y la más peligrosa. Llegue victorioso y más maduro, senté residencia y marqué territorio. Cinco años después, el espíritu de la aventura me sorprendió nuevamente, pero de está vez migré acompañado de todos mis tesoros. 10 años se han pasado y me preguntó: ¿cuándo levantaré vuelo nuevamente? Porque cuando uno es gitano, es de por vida. Nadie sabe explicar lo que nos motiva dejar de repente la seguridad, la comodidad y la rutina, por otras latitudes. Pero de repente nos sentimos inquietos, deseosos de alcanzar algo que está distante, y sin mayores reparos, hacemos un atado de nuestras cosas, y nos marchamos ¿Cuando zarparé nuevamente? A lo mejor un día cercano, cuando mis alevines crezcan y puedan nadar solos hacia otras latitudes.

Gatuno, prepara el velero, que zarparemos así que suba la marea. Pasaremos por el bodegón buscando a Doc. Y sumaremos a Magdalena, C., a mi Angelito Mutante, a Eli y su Cuaderno, Petra, Roberto, Pame (no te preocupes, te tomaremos de la mano) y a todos aquellos que deseen acompañarnos en esa travesía. ¿Si valdrá la pena? ¡Siempre valdrá la pena - como dice Pessoa - si el alma no es pequeña!

Saludos!

Ángel mutante dijo...

Mi Ángel Guardián, Hans, es tan encantadoramente ingenuo, no creo que Roberto se suba al barco si voy yo de tripulante.
Ya parece el Arca de Noé, demasiados animalitos peligrosos.

Otra cantidad vaticana de santos besitos.
Chaooooo.

franhilz dijo...

Agradezco los comentarios, algunos han sido muy enriquecedores.
Srta. Lee, no existe la receta universal, estas cosas son muy personales - algo que para alguien es un acierto, para otra persona puede constituir un error garrafal.
Toda valoración cualitativa en la vida depende del observador.
Conocí un chileno, artista, poeta - un día decidió ser pastor y se fue al cerro a criar cabras, a comerciar con su leche y quesos.
Era feliz, no quería más. Otro, que lo mire desde otro punto de vista podría decir que es un fracaso ¿cuál tiene la razón?
Creo que cada uno debe encontrar SU receta en la vida... y si tienes suerte alguien te acompañará en la travesía.
No existe la receta mágica que se acomode a los millones de sueños, pareceres e intereses diferentes. Por eso, amo la libertad. Nunca he necesitado ni he querido ideologías que me digan CÓMO ser feliz o QUÉ desear de la vida.
Déjenme señores, que busco solo.

Paitoca dijo...

Ok!, tb busco sola...estoy con mis pies botando tierra en un precipicio, haciendo equilibrio para no caer antes de que dos manos tomen las mías y me inviten a volar...demasiado metafórico?. Espero que me entiendan.
Gracias por la invitación a pasear Hans, desde que los conocí, a todos los invitados a este viaje, que me siento paseando...así que será cosa de que me ayuden a subir al velero y estamos listo para emprender una viaje quizás más largo, quizás más alegre.
Un abrazo a todos,
Pame.

Miss Mag dijo...

Me repito las mismas preguntas, que la vida a uno le cambie en un segundo por decisiones mínimas y cotidianas, las opciones, las elecciones...guau TREMENDO VIAJE!!.

Un adiós agitando un pañuelo lila, desde el muelle de alguna otra dimensión a la que saltas cuando sueñas.

AZUL dijo...

..ahahahah!! que me he quedado con esos cuestionamientos inmersos en la sangre, en la mente, en los oídos y los ojos..porque nunca podremos saber..y retomar un camino abandonado ..es por eso que insisto..porqué no existe el eterno retorno...porqué?