4.3.06

el cuervo de las nueve


En el trabajo tengo una ventana - veo una carretera y campos de maíz, una casa de campo y árboles. Cerca de la ventana hay un poste del alumbrado.
En las mañanas, alrededor de las nueve llega un cuervo y se para en el poste. Descansa, mira, se arregla las plumas y pasados unos minutos se va.
Animal de costumbres. Con su horario y su ritual.

Años atrás, en otro continente, la ventana de mi dormitorio daba hacia un bosque de eucaliptos y sauces. Todas las mañanas, como a las seis, llegaba un martín pescador azul se paraba en uno de los árboles y nos despertaba con sus graznidos. A esa hora ya había desayunado en el río cercano.
Animal de costumbres - con horarios y estaciones. Como los trenes.

En esos tiempos, yo visitaba una ciudad en lo alto de las montañas. Quedaba en medio del desierto, pero debido a la altura, la ciudad era fría en las noches y tenía nieve en invierno.
Entre las atracciones turísticas de la ciudad estaba el levantarse temprano para ver las cabras montañesas que bajaban de los cerros a pastar en los parques y en los jardines de las casas. Antes del amanecer y hasta que la ciudad comenzaba a despertar.
Otra atracción era quedarse en la plaza hasta las diez de la noche - hora en que una familia de lobos cruzaba la ciudad todas las noches - desde las montañas, hacia la las montañas.
Animales de costumbres. Con sus relojes internos, ritmos biológicos, ciclos circadianos.

Nosotros no somos tan distintos. Por más que aleguemos contra la rutina, hay algo de placer en lo conocido, lo seguro, lo estable. Nos gusta saber que eso estará allí, cuando lo queramos de nuevo. Esos pequeños placeres rituales.

Me hago un café turco, busco "Rust Never Sleeps" entre los CDs, lo coloco en el stereo y me siento frente al computador a escribir estas cosas minimalistas. Animales de costumbre.

(ilustración - Frank . posteado originalmente el 3 de diciembre del 2004)

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustó lo de los lobos cruzando la ciudad, me gustaría verlos.
No tengo costumbres demasiado arraigadas, pero cuando me levanto me gusta poner música y escuchar música todo el día, a toda hora, como una banda de sonido. Según el día, musicalizo diferente. Los mates casi nunca faltan y según la época del año no faltan los apuntes de la facultad o los libros.
Saludos

franhilz dijo...

En música. yo también voy desde lo más superficial de Robbie Williams hasta las complicaciones maravillosas de Schoemberg ... según algo adentro que no se qué es.
Saludos, Martín!

Anónimo dijo...

Yo vuelvo siempre a leerte, aunque no te diga nada a veces. Me gusta encontrarme contigo, con quien me sentaría a tomar algo, caliente o muy frío, y charlar y leer en voz alta lo escrito, para volver siempre, cuando estuviera de nuevo sola, a visitarte aquí.

Un amigo me dijo una vez "qué solitario es esto de escribir" y desde entonces escribimos un poco "juntos". Es lo mejor que hemos hecho a dos.

Me gustaría también leerte así.

Ya ves, soy animal de costumbre, espontánea aunque algo exigente; He hecho de ti mi "costumbre".

Un beso.

franhilz dijo...

Ya ves, Bai - mujer de buenas costumbres!
Sí, estas conversas son excelente maná para el alma.

Smoochs!

Miguel Ortiz A. dijo...

Hola viejo!
Wen blog, wenos post... wenas ilustraciones!
¿Las haces tu?... dibújameeee, porfa!
salu2

Elisa de Cremona dijo...

eso, sobre todo eso. Ser distintos...
ando medio perdida... perdón
un beso

Administrador dijo...

nevermore, que diría uno que yo me sé, nevermore