8.3.06

octopus shabbat


sólo en la oscuridad podía decirle esas cosas. en la penumbra, quizás.
había tanta luz en las calles que cerraba las cortinas, echaba hielo en una jarra con agua, unas gotas de limón y la dejaba en el velador. para después.

esa mañana habían ido a la caleta de pescadores y habían comprado un pulpo rosado. lo cocinó frito, le agregó vino y rodajas de cebolla. lo comieron bajo la parra en el patio.

se amaron a medialuz, bocas saladas, agua de hielo con limón.
la ciudad callada bajo el calor. sólo el mar a lo lejos.
en la calle voces en idioma extraño, turistas que se alejan.
adentro, casi silencio: George Dalaras en una radio olvidada. amor de horas lentas.

(dibujo - Frank . posteado originalmente el 3 de enero del 2005)

4 comentarios:

e. dijo...

la realidad comienza
cuando el cuento de hadas termina
y se comieron al cuento de hadas
con vino y rodajas de cebolla
otra vez ha usted logrado que
la realidad
lo cotidiano
lo de siempre
lo tangible
se vuelva
un cuento hermoso de
compartir
y vivir
beso, e.

franhilz dijo...

No hay como la vida, e. - de hecho, no podemos imaginar nada que no hayamos vivido o soñado.
Y soñamos un fermento de vida.

Smoochs

Anónimo dijo...

No hay nada como soñar una cotidianeidad sin monotonía, con sobresaltos de pulpos y limón saboreándonos la boca encebollada y una medialuz que nos guiña su ojo.

Si, en una aparente botella de vino común eres capaz de encerrar un maravilloso y aromático Gran Reserva.

Me gustó el relato: meto dentro un beso para tí y la tiro al mar para que te llegue.

franhilz dijo...

Me llegó!
Una gaviota vino a avisarme a la ventana, bajo cielos celestes un poco nublados, poblados de pájaros recién llegados ...

Smoochis muchis !