19.2.07
retorno
este poema
fué el que me tendió
las llaves del carro
exigiendo que lo saque a pasear
que abra el convertible
que lo deje manejar,
dije, 'seguro, qué demonios!'
- Cami Zinzi, en 'Segmento de Arte Poético'
"me gusta tu vestido" - le dije cuando llegó su vino.
me atravesó con ojos de espada. me observó largo rato, soltó despacito el humo por la nariz sin dejar de mirarme y dijo, "¿Brian?".
sonreí. no estaba segura, pero sospechaba.
bebí un poco del vino. yo miraba hacia el valle y sentía su mirada clavada en mí.
me estudiaba, no estaba segura. levanté la copa, "es cristal veneciano", dije, "... del 1900 o del 1905..."
"hijo de puta!" - salió del salón hacia la terraza. esperé unos segundos y salí también. estaba parada allí, fumando y haciendo como que miraba la noche, las casas de verano en las colinas, la luna, qué se yo.
llevaba un vestido abierto atrás. pasé mis dedos por su espalda. fué un error - ella reconoció inmediatamente la caricia. se quedó muy quieta. retiré los dedos, pero ya era tarde. dió la vuelta y me miró a los ojos:
"¿'esto' eres ahora?", preguntó, lanzando una bocanada de humo sobre mi camisa. desde los campos, aroma de jazmines, croar de ranas. desde el salón, banda de swing.
"Es un rosé", dije mirando el vino, "pero no lo reconozco".
"Mateus ... portugués ...", acercó su rostro. hice lo que tenía que hacer.
(ilustración - Andrew Loomis - texto publicado originalmente en julio del 2005)
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2 comentarios:
El relato ha sido leído de nuevo, lentamente, saboreado, y vuelve a la memoria, y al paladar, la misma dosis de placer que entonces ya produjo. Tanto como un Mateus Rosé...
Un beso de terciopelo grana, Frank!
mmmm... very nice... gracias, Bai.
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