3.7.09

meditación sobre tres actos urinarios


La novia entró al baño con dos amigas que le sostuvieron la cola del vestido, los velos y los adornos mientras pichaba. Eran jóvenes, hermosas y estaban mareadas de alegría y coñac endulzado con guindas. Una de ellas estaba perdiendo por puntos su pelea contra la fuerza de gravedad. Se atropellaban para hablar y reían.

El novio orinó en silencio, camisa abierta y corbata suelta. Por la ventana miraba el césped, la cerca, la playa de piedras. En una esquina, dos caballos rubios parecían escuchar la música que venía de la casa. Se apoyó en el marco y sonrió al percatarse que su vida había cambiado para siempre.

Tiempo después, el novio está finalizando una tranquila afeitada de mañana de domingo cuando ella entra al baño, se levanta la falda y se sienta en el toillet. Los ojos de los dos se encuentran en el espejo. Cuando se levanta se acerca a él, "El café está listo", le dice.

He calculado que la meada promedio es de 20 segundos ± 6.7, y para los hombres es un acto solitario y silencioso, casi meditativo. Para ellas es un rito social, compartido y muchas veces conversado.
Los machos humanos somos diferentes a los otros machos mamíferos. A diferencia de éstos no usamos la orina para marcar territorios. Ellas sí. Mean sólo con sus seres queridos: madres, hermanas, amigas, hijas, hijos, esposos, amantes.

Si una mujer te deja entrar al rito de mear, eres parte de su territorio sentimental.

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1 comentario:

noemi dijo...

Me considero liberal, y sin embargo no he querido ni logrado compartir ese acto ni con varones ni con damas.