12.9.09
conjuro
un pequeño libro con las instrucciones para vivir a cien centímetros del suelo yace abierto en una alfombra de arena - solo y ciego - esperando una muerte lenta
rodeado de una corte de seres marinos, quieto, semienterrado, como si fuera una carta no enviada momificándose al fondo de un cajón bajo una cajita de pañuelos desechables
en el aire quieto y perfumado del estudio de un psiquiatra-ilusionista con armarios de vidrio esmerilado
que muy bien se puede guardar la sonrisa y la mirada indulgente para otra
para alguna triste esclava de si misma, o de sus padres (que hicieron lo mejor que pudieron), o de la puta vida que le tocó vivir
nosotros ya tomamos la carroza a París y a mitad de camino, en el abrevadero de Antoinette o Florentinne, algo así, latigamos los caballos y nos evadimos al galope, esquivando las piedras y saltando troncos desplomados
hasta esas playas anchas del sueño donde nos bañamos como niños y nos secamos al viento
y después, en la casa de las piedras dormidas, te preparaste como joya, como pastel, como postre de miel, tras las puertas que las mujeres nunca abren
no volveremos jamás, dijiste al rato, recostada en mi pecho
no contesté pero estuve de acuerdo
arte: frank h.
Blogalaxia Tags: poesia literatura
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5 comentarios:
Cuando puedas destruye ese libro, por que yo les cobro a mis pacientes por contarles una página por sesión, me vas a dejar sin trabajo.
ja ja ja ! a quemar libros se ha dicho!
ahhh...esas alvaciones que vienen del amor!!!
y el happy new year 5770!!!
shalom querido frank
abrazoceánico!!!
Feliz rosh a shana
bueno es recibir su visita, gato poeta - más todavía, sus comentarios.
abrazos van!
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