17.3.05

soneto de pesadilla y luz


A veces se pregunta si cada uno tendrá su propia pesadilla. A veces, cuando los átomos del día se aquietan y se duermen las carcajadas cristalinas del chiquito, aparece la pesadilla. Así, de improviso, como un rayo, como un paro cardíaco, como un temblor grado cuatro.
Se explica a sí mismo que debe ser una conjunción de planetas, una coincidencia de momentos; quizás - dice - hasta sea una deficiencia vitamínica, entonces se va a la cocina y se prepara un café y va y se sienta al lado ella en el sillón y le acaricia el vientre dorado que nuevamente crece sin parar.

Pero la pesadilla sigue allí, serpiente emboscada, él lo sabe, ella lo presiente. Toma un libro de la mesa de centro y lo abre: paisajes ante sus ojos, mira y pasa las páginas. Pero el asunto es ya como aquél tsunami asiático, viene, imparable, se acerca.

Y mientras el café le baja por la garganta y mientras pasa páginas recuerda escenas en que quiso estar y no pudo, cruces de vida en los que debió estar y no estuvo, risas, llantos, soledades, cuando se murió por estar cerca para agacharse y sostener la cabeza, cuando tuvo que espantar a patadas las serpientes de su mente, cuando las moléculas del día se arrastraban tras él como gusanos moribundos en la noche y los soles eran un desesperante negativo de su cosmos personal.
Y un silencio negro se despliega por la sala, un mensaje del ayer, pergamino encontrado en una olvidada ánfora en una olvidada caverna cuyo conjuro libera los demonios enterrados.

A veces, cuando se calman los sueños del día, despiertan las pesadillas de la noche - y cada una, obediente y bien educada - visita a su dueño ¿Tendrá cada uno su pesadilla propia? ¿Tendrá cada pesadilla un dueño?

Siente la mano de ella en su nuca - le hace cariño en el pelo. Algo tan simple - el dolor se relaja, la nube negra se retira, furtiva, tal como llegó - ¿Qué haría sin eso? se pregunta, y se echa hacia atrás en el sillón justo cuando el reloj marca las once y en la radio un concierto termina. La mujer luz eleva su espada definitiva - ¿Quieres frutillas con crema? pregunta yéndose a la cocina - y él ve como la neblina echa marcha atrás, concediendo la victoria, reconociendo una vez más su derrota.

Mañana, dice, será otro día. Cierra el libro y lo deja en la mesa.

(arte - Pablo Picasso)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Heréticamente podríamos decir que este mundo que habitamos es la pesadilla de un demiurgo maligno, emanación de otro mundo un poco menos malo que a su vez emana de otro menos atroz, remontánose a un primer universo donde las formas tienen luz propia. Los símbolos nos permiten soñar en círculos y salirnos de las pesadilla. La pesadilla es nuestro pasaje al infierno pero a veces bastan las páginas de un libro, unas frutillas con crema o la caricia de una mujer para que el demiugo maligno se declare en retirada.

Muy buen relato, che. Exorcizaste a ese demiurgo maligno. Un día de estos nos vas a decir que tu golem casero te ayuda a escribir estas cosas.

Felino el saludo con alegría de gatos al sol.

PD: Pregunta sobre ilustraciones: Esta me suena en la pupila, de quién es?
Y la de mi homenaje, de dónde salió. Curiosidad de gato. Gracias.

Ángel mutante dijo...

No. No me dio miedo. No. No. Noooooooooooooo. Es mentira. Déjame gritarte: ¡¡¡¡¡Traje mi frutillita encendida de terror!!!! Dame tu pesadilla con crema. Con mucha crema como la de Elisa de Cremona que tiene nombre cremoso.
Me gustó tanto este relato que te has ganado treinta y tres mil cuatrocientos veinticinco besos uno detrás del otro como vagones de un mismo tren que terminan por arrollarte en otra pesadilla que alguien debe estar soñando a esta hora.
Chaooooo.

Hans Lazzaro dijo...

Doc, tu relato me ha dejado varado en una dimensión ya conocida por mí anteriormente, que es lo difícil que resulta a veces separar la ficción de la realidad, percibir que es sueño y que no lo es. Nuestra mente logra muchas veces pasarnos la pierna, y mentalmente dudamos de que ciertos hechos reales hayan sucedido o que otros eventos imaginarios no hayan sucedido. Pero al final, lo que importa es lo que permanece, si un gusto amargo o de frutillas con crema en la boca.

Felicitaciones Doc, de esta vez estuviste imparable.

Saludos!

Miss Mag dijo...

La sonrisa con los frenillos llenos de chocolate
Las lágrimas sobre una raspadura en la rodilla
Algunos mails adolescentes sin sentido
Una mirada que se le extravía y rebota en mi escote...
Luces, siempre hay alguna, sólo hay que cerrar los ojos y volver a abrirlos como si se estuviera despertando denuevo.
Un abrazo desde el centro de Magdala

franhilz dijo...

Wow! eso del escote me anduvo gustando...
Gracias a Ágel y a Hans por sus palabras.
A USG le debo ciertos datos de ilustraciones, aquí van:
El dibujo que usé para representar al gran poeta es de Joel Michel Smith, aquí su website:
http://www.joelsankle.com/

La pintura abstracta que usé en Sonata de pesadilla y luz es de Franz Kline y la puedes encontrar aquí:
http://www.sackville.ednet.ns.ca/art/gallery/exhibit/abstract/kline.html

Nos vemos!

Anónimo dijo...

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