15.3.05

los blancos calcetines del amanecer


Manejo toda la noche. Me impulsan dos cosas: el motor del auto que ruge como toro afónico y la ansiedad de verte. Nieva esa nieve delicada como plumas. Voy escuchando tu álbum de los Squirrel Nut Zippers y en el asiento del lado una caja de esos bombones que no encuentras en el pueblo.

De pronto, amanece un sol con todas las ganas y convierte al mundo en una escenografía de nieve rosada y amarilla. La carretera sube y sube, enrollándose a la montaña como una serpiente de asfalto.
En el pueblo, nadie en las calles. En un establo de vallas blancas dos caballos con capas de lona buscan hierbas escarbando la nieve.

Llego. Golpeo. Te gustó esa casa por la gruesa puerta de madera y las ventanas con vitrales.
Escucho la cerradura y la cadena, doy un paso hacia atrás, la puerta se abre despacito y apareces, medio dormida y despeinada, con la camiseta de béisbol número diecisiete y calcetines blancos. Abro los brazos como diciendo "¡Aquí estoy!"

Te acercas, me tomas de la hebilla y me arrías hacia adentro. "Espera" te digo "tengo que echarle llave al au..." - "Shhhh", cierras la puerta tras mío.

Afuera el sol se eleva veinte centímetros sobre las cimas, alguien en el pueblo ha puesto al fuego la primera tetera de la mañana y un auto frente a una casa de vitrales se ha quedado abierto.

16 comentarios:

e. dijo...

Nosotros que vivimos cerca del Trópico de Cancer, no vemos la nieve más que a lo lejos, en fotos o películas, en viajes... Creo que dentro de los paradigmas de todos, la nieve es magia, pero, aquí se valora más... No tenemos que verle la cara mala nunca... Digamos que tenemos un romance a distancia... Yo amo la nieve... OK... Tangente...
Pero, en cambio, nosotras sí tenemos hebillas y camisetas de beisbol, y de futbol, y de americano... muchas camisetas... Y nos gusta ser hadas encamisetadas y raptar a hebilludos (sobretodo los que se acompañan de cinturón pitiado), para tener momentos como los que describes... Es lindo pensar que el mundo se ha detenido de girar tantos instantes en tantos lugares, y nosotros que ni nos damos cuenta... Chorotote de comentario... Me dejaste así de inspirada... Llena de suspiros... Besitos, e.

unsologato dijo...

Tanta nieva has derretido en la alegría de ese amor!!!
Nuevamente brindamos por ellas, que son lo más bello que tiene la vida.
El título es magnífico. El final, brillante. La unión con tus historias anteriores nos hace cómplices a los amigos bloggers que vamos siguiendo tus huellas en la nieve.
Gracias, master, por esta otra joyita.
Saludo felino!!!
Arrivederci!!!

Miss Mag dijo...

Que exquisita espera debió tener ella.
Me encantaron los nexos con los otros post, eres muy original, gracias por el buen relato.

Hans Lazzaro dijo...

Toda espera es recompensada, tanto para aquel que se dirige como para aquella que espera. De seguro que así que sus cuerpos se rindieron, la hebilla y la camiseta hicieron un siete, contaminados por el ambiente. Bellos posts, como muñecas rusas. Te felicito y te envidio. Pero por poco tiempo: el invierno ya llega por estos parajes.

Saludos!

Anónimo dijo...

Una hermosa manera de contarnos la historia, y toda la imaginacion para el final, un besote

Anónimo dijo...

Una hermosa manera de contarnos la historia, y toda la imaginacion para el final, un besote

El cuartoscuro dijo...

Una hermosa manera de contarnos la historia, y toda la imaginacion para el final, un besote

Anónimo dijo...

Doc.
¿Quieres que te diga que me gustó?
¿Que te lo diga al oído con voz sensual o te lo grite con un megáfono?
Sí, me gustó.
Me encantó.
Me fascinó.
Dale un besito casto y puro de mi parte a esa mujer que amas.
Recién, justamente estaba recomendando tu blog a un secreto e ilustre visitante que he tenido en mi casilla.
Chaooooo.
Besitos enormes, gigantescos, llenos de entusiasmo por tus buenas letras.
Chaoooo, mi ángel exégeta.

(Oye, algún día me vai a dedicar algún posteo como lo hiciste con el Gato?) Sí, quiero uno, quiero uno.

Elisa de Cremona dijo...

me turbo y sigo leyendo...
sí, esas son las mejores artes, las amatorias.. ars amandis.. una hebilla, un auto abierto y todo un río de nieve al rededor... un rastro de "amor" sobre la nieve"?

Roberto Arancibia dijo...

Qué lindo momento Doc. Y comienza con la ansiedad manejando mientras sale el sol.
El "Shhhh" me ha dejado encantado.

Hasta me habría quedado con el título.

gonzalvo dijo...

Me gustó mucho el cuento con final abierto, para que uno lo acabe como mejor le parezca, aunque lo dejaste medio medio encaminado!.

Un abrazo !

Jorge

Cpunto dijo...

...tus budas, tu lavaplatos, la cabaña, vitrales, calcetines...
todo está menjunjado con tu gran amor,
yo apenas hago mi viaje por el tiempo y me pongo los calcetines a la carrera, doc, sólo por eso

C.

Piuke dijo...

Que dulce, como la mano que protege de la lluvia fría...
saludos
Soledad

Piuke dijo...

Que dulce, como la mano que protege de la lluvia fría...
saludos
Soledad

Piuke dijo...

Experimentando con lo del blog...

franhilz dijo...

Bueno, chás gracias a todos por sus palabras... es agradable poder de alguna manera comunicar sentimientos - que en realidad de eso se trata esto, no?
Algunas veces sale mejor, algunas veces piór... pero todos nosotros por empeño no nos quedamos.
Tá bueno...
No vemos!