8.8.05
peregrinaje
vacaciones de verano hace mucho mucho tiempo. esas vacaciones largas, de colegio.
tres primos, más amigos, vamos por una calle arbolada una mañana clara. doblamos la esquina y continuamos - uno chutea una tapa de Orange-Crush - al llegar a la alameda el sol nos da de lleno en los ojos y nos mira: manos en los bolsillos, las bocas repletas de palabras, las pupilas rebozando historias y apuestas.
llevamos nuestros tesoros en las manos - las revistas de historietas, ajadas, leídas por cien ojos, hojeadas por cien manos.
Superman, Batman, Flash... Linterna Verde y Máscara Roja... mis preferidos: El Fantasma y Átom. llegamos a la tiendita a media cuadra. un lugar que influyó más en nuestra complexión adulta que colegios e institutos - 'Revistas Mora', piso de madera crujiente, vitrinas y mostrador de vidrio. 'Compra, venta y cambio de revistas y fotonovelas'.
a las fotonovelas y las revistas de mujeres (que son un asquito) ni siquiera nos acercamos. nos vamos directo a ver si ha llegado algo nuevo. las monedas tintinean en los bolsillos. las revistas recién llegadas son maravillosas promesas tras el cristal del mostrador. ¡hay un número especial de 'TV Mundial'! y tres decidimos unir recursos financieros. revistas van y vienen.
veinte minutos después salimos con las manos cargadas de sueños. arriba, cielos sin nubes, más allá la cordillera - mole constante.
si volviera a esas calles, ¿aún estaría ahí Revistas Mora? ¿seguiría ahí ese sol de luz tras las arboledas?
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9 comentarios:
Pato, existiría Revistas Mora siempre en tus ojos y en tus manos Es curioso que, a pesar de los colegios, institutos y facultades, a pesar de los viajes, los cambios de lugares, hay algo muy importante en tí de aquél Revistas Moras: tus historias con sus dibujitos y la magia de sus personajes -los nuevos, los antiguos- guiándote las manos y el corazón. Gracias.
Eso se echa de menos ahora. Las revistas de antaño, esas ultra de colección. Cuando era niña nunca coleccioné alguna, digamos que nací después de ese boom, pero siempre me acuerdo de una amiga cuyo padre coleccionaba todos los Mampatos, recién ahora vengo a comprender un poco el culto.
Sí, sería bueno que renaciera alguna.
Un gran abrazo y suerte con tu renacimiento :)
Historietas!!!...yo como buena niña leía la de la abeja Maya...gran colección que se perdió con los años y creo que al final terminó siendo devoradas por los ratones de la bodega. Hermosos recuerdos.
Te veo y leo con energía renovada, me gustó tu autorretrato...bienvenido nuevamente después de tu renacimiento.
Hablamos de tí el sabado, hubo una reunión de blogger, si quieres ver fotos anda a www.jorgejorquera.cl, si quieres saber qué hicimos anda a http://noestanbacan.blogspot.com/.
Te dejo un beso,
Pame.
Mis revistas nose fueron. Quedaron impregnadas en mi mente y salen por cabellos, ahora bautizados flash, shazam, patoruzú y batman; ese es el que cae sobre la frente.
Yo leía un comic que no ha vuelto a salir, se llamaba: "Las aventuras del ángel negro en bicicleta". No te imaginas lo que aprendí allí.
La luz mantiene su memoria. Cuando regreses sólo encontrarás la cordillera y el aire impuro, al que llaman smog.
Besitos de los siete enanitos.
Chaoooo.
Yo no tuve esa relación con las revistas o historietas. Con suerte unas barrabases por ahí. Quizás habría sido entretenido.
Tu festival de jazz me dio cierto grado de envidia, no sana. De hecho me imaginé en el de Providencia el verano pasado que estuvo bueno.
Y se me había ido decirte, pero que bueno dibujos. La cagó, me gustaron mucho. Pero ahora algo pasó con imageshack por acá que no me deja ver. Cuando vuelva a Chile los veré.
Suerte!
No tuve demasiado trato con el comic pero recuerdo una buena amistad con el cacique Patorozú e Isidoro Cañones. También con Condorito y más tarde con Ásterix. Después me converrtí en un personaje de historieta en una isla en medio del océano, quizás me parecí algo a Guilligan.
Buen recuerdo, che!!!
Abrazo felino vivace!!!
Buenos los patos dibujados!!!
Y me prestarías un sueño un ratito, ojalá uno donde haga de gatúbela.
Seguro que en San Diego están todavia esas revistas.
Yo no sé dónde quedaron todas las revistas que tenía. Confieso que me gustaba la Bruja Amelia, la pata que queria robarle su moneda de la suerte a Tio Rico.
Siempre es un gusto pasar por aqui.
Nos vemos,
k.
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