27.7.13

entreactos

el alacrán de la verdad, como trampa de luz
cautiva segundos preciosos
los momifica con su jugo fatal
para crear otras vidas
sueños de desiertos indolentes
una acechanza cada vez más tensa
hasta que te atrape volando bajo
hasta que te meta la mano bajo la falda
y lance tus botas al rincón
cuando el sol, la luna, o las nubes
traten de observar por la ventana
y la lluvia, o la noche
lo que sea
vengan con su pose de alcahuete
a sentarse con nosotros
en un silencio
en entreactos
con un sorbo de agua
y un cigarrillo
y un acomodar de almohadas

25.7.13

odisea

el bote es un fantasma blanco
mástiles y velas
un atrevimiento en el azul marino
mañana es el norte
a la derecha el sol
y atrás
una vida con un hueco en el centro
oquedad impertinente
como experimento nuclear fallido
que creó un agujero negro
sobre la mesa del living

no puedes derrotar eso
lo único es irse
y el bote viene sonriendo
puede ser también
un satélite, una caravana de gitanos
pero es un bote blanco

hay horas así:
atraviesas el mar
te vas más allá de la atmósfera
o te dedicas a lanzacuchillos
es eso
o la locura

22.7.13

memoria de tres koi

me dice: - si uno las líneas del camino de mi familia aparece un corazón.
yo me siento al lado de la tina mientras ella está en el agua.
nos gustaría compartirla, pero esto no es “Pretty Woman” – la tina es pequeña. nos metemos en agua fría por turnos. yo, galante, le dejo siempre entrar primero.
esto no es hoy. esto fue hace años atrás. pero me gusta contarlo en presente.

un pintor me dice: - en Jerusalén hay tanta luz que es muy difícil pintar o fotografiar.
lo escucho y por años no se si me habla de arte o la frase tiene un ángulo espiritual. pero es cierto, es una luz blanca y absoluta, la acompaña un calor seco, quieto, que penetra en los pulmones y levanta palacios y ciudades y después las amuralla – como para quedarse mucho tiempo.
así son las cosas y un simple humano en bicicleta no puede hacer mucho: la luz es demasiada, el calor manda y por estas tierras hay que amurallar las ciudades para poder vivir.

llegando a casa nos sacamos la ropa y nos metemos en el agua fría: – gracias a Dios el Uno y el Único – como diría un anciano religioso bajo el talít - a Dios, Rey del Mundo, por el agua fría, por el agua, que es la creación más divina que ha creado.
no hay mucha religión aquí. nosotros agradecemos directamente al agua. nos metemos con respeto ritual y nos quedamos allì - abrazo amniótico, placenta de loza blanca.

es una casa que fue grande. los dueños, últimos frutos de una familia de sefarditas, la descuartizaron en casitas independientes y las pusieron en arriendo.
tomamos una pequeña - un dormitorio, salón-comedor-cocina y baño. pero tenemos un patio con olivos, enmalezado y con una tierra dura como roca.
bajo un árbol ponemos una mesa y dos sillas. bajo otro árbol hay una pileta seca – la cuenca de un ojo que ha visto demasiado.

un día traigo un motorcito bomba y tubos de plástico. los instalo y lleno la pileta. un chorro de agua sale ahora de la boca de una rana de yeso y cae en la superficie. días después agrego tres peces – tres koi de colores vulgares.

poco a poco, alrededor de la poza bajo el olivo, comienzan a crecer yerbas y flores, aparecen los pájaros y una madrugada, al desayuno, vemos dos caracoles subir por el costado de la pileta.

la tina llena con agua helada. se para frente al espejo. se peina hacia atrás con un cepillo duro. se lava los dientes, hace gárgaras y enjuaga varias veces. la miro desde la tina.
a veces se revisa los pechos. lo hace a pesar de que le digo que aún es joven para preocuparse por eso. no me contesta.
tiene la piel blanca, pero con un pigmento oliva que quizás sea la prueba más certera del corazón que se forma cuando junta los puntos de la historia de su familia.

un día de otoño los tres peces salen calladamente de la pileta, se montan muy apretados en mi bicicleta y se van pedaleando calle abajo. posiblemente montaña abajo, hasta llegar al mar. no se.
los vemos irse y nos quedamos en silencio. contentos hasta cierto punto porque entendemos, por fin, un mensaje escrito en milenarios códigos secretos.

se acuesta de espaldas en el suelo y se levanta la falda. yo me quito la camiseta y me levanto a cumplir mis labores como un hombre.
espero - mientras adiestro nuevos destacamentos de espermios - que en alguna poza del Oriente, a la sombra de unos almendros en flor, tres kois vulgares nos recuerden con cariño.

17.7.13

descargo

construiremos máquinas del tiempo para ir al pasado a reparar errores
y para huir del presente
viajaremos al futuro en busca de olvido
horadando el útero desesperado de los mea culpa
no nos equivocamos
simplemente no sabíamos
probamos frutas de árboles prohibidos porque así debíamos hacerlo
y que vengan los castigos, dijimos
calculando las probabilidades de nuestros diez dedos
locos intrépidos exponenciales
no elevamos solicitudes formales de asilo evolutivo
alguien-algo desplegó nuestro mapa genético
por azar o por cuidadoso programa aquí estamos
y hacemos lo mejor que podemos

10.7.13

reincidentes

viajemos hacia el norte más norte
como el pájaro rosado de los amores
hundámonos hasta el fondo marino
donde moran los seres transparentes
pongamos luces en sus fauces hambrientas
y robemos minerales desde volcanes por estallar
ataquemos fortalezas de hielo con grito espartano
y reventemos todos los fuegos artificiales del mundo
hasta que la noche quede jadeante y oscura
hasta que las islas suelten amarras
y no haya más que esta cabaña
y esta cama deshecha
y la única melodía del cosmos
sea este mar de lenguas fatales
insistente
repetitivo
reincidente
como nosotros

4.7.13

Vancouver nocturno

a las diez de la noche
una muchacha de cabello trigo
cruza la avenida Chesterfield
con un perro blanco
al fondo
la ciudad azul y sus abejas de luz
en el aire
corrientes de océano
peces sueño y amores
que aletean entre años idos