
Cada uno y su estilo. Cuando algo que hemos hecho refleja nuestra persona, decimos que tiene nuestro estilo. Esto funciona siempre, pero más que nada en las artes.
Poemas en el estilo del Gato, de C., de Magda, de e., ... artículos culturales al estilo de Hans, posteos eróticos a lo Alas Quebradas, relatos estilo Puzzle o Ecce Homo, comentarios a lo Roberto, a lo Aldea Diaguita...
Se nota cuando alguien está tratando de escribir en el estilo de otro, pecado que hemos cometido todos. Principalmente por falta de madurez. Cuando aún no hemos vivido lo suficiente para conocer la vida, la gente y a nosotros mismos, no nos queda otra que expresarnos de la manera que lo hacen esos que admiramos.
Cuando yo era chico, en mi casa compraban la revista Ercilla, que traía en la última página un artículo de Guillermo Blanco. Leí a Blanco por años y era consciente de que - sin querer - escribía como él.
Cuando en esos años trataba de escribir un cuento me salía a lo Hemingway o a lo Bradbury, a los que leía sin parar. Era lógico - no conocía otra cosa y yo no era aún yo. Mi estilo, si es que existe algo así, se estaba desarrollando.
Lo mismo con los dibujos. Aprendí por años mirando a otros. Probaba un estilo, después uno diferente. Aprendiendo algo de cada uno. Pero seguía adelante, buscando el mío - el cual no tenía idea cuál era. Recién ahora, el último año, se ha ido decantando algo más propio. Han ido aflorando escenas y personajes que salen de manera natural y que en mucho me reflejan a mí mismo. Debe ser, me imagino, el parto de un estilo.
Sin duda ambos, el escribir y el dibujar, tienen influencias subconscientes e inconscientes de una mezcla de personas y maestros que han ido dejando sus granitos de arena o sus rocas descomunales sin que yo me de cuenta. No es, entonces, "mi" estilo, si no el resultado de una mezcla extraña de mí y muchos otros. Adiós a las arrogancias.
Sigo leyendo a mucha gente y mirando a muchos dibujantes y pintores. En los blogs hay gente de talento increíble (algunos de ellos ya nombrados arriba), en castellano, en inglés, en hebreo (los que por regalo de la vida también puedo leer), fotógrafos, artistas... gente que son (somos) aficionados al asunto, lo que no es peyorativo, ya que el aficionado hace estas cosas por amor, no por dinero. Esa es la única diferencia con los profesionales - no la calidad. De hecho, hay en los blogs gente de más talento que muchos profesionales conocidos.
Claro, no todo es bueno. De nadie todo es bueno. A veces estamos más inspirados, otras menos. Pero qué se puede hacer - no cortarse las venas por eso. Somos humanos, con cansancios, ritmos biológicos, moods, ups and downs (pero sobre las musas hablaremos en otra ocasión que es un temazo en sí mismo).
La técnica es re importante. Aprender a usar el martillo, el taladro y las llaves francesas del idioma es básico - eso se puede aprender. El talento no. Aunque mucho talento es trabajo duro, sudor... hasta que sale como uno quiere!
Hay un libro bien simpático de Stephen King llamado "On Writing". Es bastante anecdótico, pero Stephen analiza también las frases, los diálogos, la creación de personajes, las ideas. Se puede aprender bastante con ese delgado librito. No hay para qué ponerse denso.
Otra cosa super importante es la constancia (el talón de Aquiles de mi querido pueblo chileno). Esto no significa ser cabeza dura, si no tratar de nuevo, y de nuevo - cada vez, después de haber aprendido algo.
Uno de mis escritores preferidos es el israelí Amos Oz. Cuenta que se levanta a escribir todos los días a las cinco de la mañana, se prepara su café y se sienta frente al computador. Escribe ocho o nueve horas diarias. Revisa, tacha, re-escribe... "Mi parte yo la hago", dice, "como el almacenero que abre a las siete su tienda: él hace lo suyo - que vengan o no vengan clientes ya no depende de él". Vive en la ciudad de Arad, a orillas del Mar Muerto. Casi todos los días camina hasta un café del centro y se sienta a leer los diarios. Si alguien quiere discutir política con él, agarra su café y se le sienta al lado. Hombre increíble. Desde hace algunos años, candidato al Nobel.
También creo que no hay que filtrar mucho. Escribir, dibujar, esculpir... desde adentro. Desde las tripas. Lo que salga. Después, dejarlo por un tiempo. Incluso olvidarlo. Pasado cierto lapso, verlo de nuevo - y empezar a podar. Lo que resulte entonces, será obra de nuestro interior, pero también de nuestro intelecto. No mirarlo a menos. Pero no podar demasiado - que se enfría. Allí se demostrará el criterio de cada uno.
Bueno, era esto no más por ahora - simples pensamientos de hombre de la calle sobre estilos, arte y blogs. Una lata.
(dibujo - Frank)