
Cerca del mar y del mercado, desde el centro comercial antiguo de Tel Aviv, parte la
calle Shenkin, y sube, angosta y apretujada, hasta la Avenida Rotschild.
La calle Shenkin no es espectacular, es antigua - sus casas de dos pisos datan de los años 1940s y 50s y tiene un primer nivel con negocios, verdulerías, panaderías, casas fotográficas... al estilo de las calles de antes - esas que eran para pasearlas a pie.
Chica, corta y angosta, pero Shenkin es famosa. Allá se concentran las tiendas exóticas de la India, de Oriente, los bazares hippies, el Café Tamar con mesas en la vereda y...
The Third Ear - La Tercera Oreja - una tienda de música.
Mi tienda de música.
Cada vez que veo de nuevo la película "
High Fidelity" con John Cusack me viene a la memoria esa tienda de discos.
Lo mismo: Tenían de todo! siempre estaba llena de unos tipos raros buscando "Killer Moon" o un disco totalmente out of print desde los años 70, encargando algo de Spirit, un conjunto que produjo unos exitasos a mediados de los 60 y que desapareció misteriosamente.
No faltaba el que aseguraba que el guitarrista de Spirit, Randy California, era lo mejor que había - No! le respondían, el mejor era Jeff Beck cuando tocaba al lado de Eric Clapton en los Yardbirds. Y así...
Cuando uno quería encontrar música interesante, mucha de ella no comercial para nada (y que por lo tanto no llega a las grandes cadenas internacionales) había que ir a la Third Ear de la calle Shenkin.
Aunque no compraras nada, tras algunos minutos de hurgar y escuchar, siempre salías sabiendo algo nuevo - Por ejemplo, ¿A quién le dedicaron los Lynyrd Skynyrd su tema "Sweet Home Alabama"? - A Neil Young, no? ¿Y por qué?
Además los tipos sabían - la música, especialmente el rock, era la vida para ellos. Habrían estado allí aunque no ganaran plata.
A veces me iba caminando por Shenkin bajo el sol del verano interminable, camisa suelta, shorts y chalas. Allá abajo, el mar - arriba, la Avenida Rotschild, sombreada bajo sus enormes árboles.
Un espresso en el Tamar y después salía de la Third Ear con un álbum de un conjunto desconocido de Manchester que, me aseguraban, habían sido los "padres musicales de los Rolling Stones".
Una vez les pregunté por un disco de Sid Barrett,
el primero que grabó solo después de dejar a los Pink Floyd, antes de que los Pink fueran famosos. No lo tenían. "Bueno, dije, pensé que sería difícil encontrarlo". "No, me dijeron, te lo encargamos! La tienda Nosécuantito de Londres tiene varios".
Y me lo trajeron. Yo creo que más por orgullo que por los cinco dólares que se ganaron conmigo.
Calle Shenkin de
Tel Aviv, a veces camino por ella en sueños.